Desde los inicios de la Revolución Industrial y más profundamente a lo largo del siglo XX, se han producido importantes transformaciones en el medio rural europeo, a partir de la crisis de la agricultura tradicional y ligadas a la introducción de la llamada Revolución Verde, en la segunda mitad del siglo. Estos cambios, en buena medida, han sido inducidos por políticas modernizadoras, construidas desde un proyecto que pretendía la concentración de capitales y fuerza de trabajo en las ciudades. Para ello, los servicios de Extensión Agraria impulsaron la industrialización en el campo; y más tarde, las políticas de Desarrollo Rural se encargaron de conectar las frágiles economías rurales con los mercados globales.
Estas metodologías de descampesinización -primero- y desagrarización -después- deben ser analizadas para construir propuestas de transisicón agroecológica en el medio rural de sociedades postindustriales como la europea. Y a partir de su crítica, construir una propuesta metodológica al servicio de las comunidades locales y los ecosistemas que las alojan, y no al servicio del mercado.